Los mozárabes eran las gentes de origen hispano que bajo dominación islámica conservaron su religión cristiana, sus tradiciones culturales y las leyes por las que se habían regido bajo la monarquía visigoda.
Tanto los mozárabes como los judíos eran tolerados por los musulmanes por tres razones:
- Motivos religiosos. El Islam acepta dentro de la sociedad a cristianos y judíos por considerar que unos y otros poseen una parte de la Verdad Revelada, según Mahoma, quien los denominaba ahl al- Kitâb, la gente del Libro.
- Motivos políticos. La masa de población es muy superior a la de los propios árabes, necesitando los servicios de los nuevos súbditos para dirigir y organizar los territorios conquistados.
- Motivos económicos. La conversión al islamismo lleva consigo la supresión de los impuestos personal y territorial, que suponían una importante fuente de ingresos, por lo que no sólo tolerarán a cristianos y judíos, sino que en muchos casos se oponen a su conversión.
Los cristianos mozárabes de la Iberia islámica tenían el carácter de gentes protegidas por el Islam mediante pacto o mutuo acuerdo. Por parte musulmana el compromiso implicaba: no intervenir en sus asuntos internos; dejarlos en posesión de sus bienes y en el uso de sus derechos privados; no reducir a la esclavitud a sus mujeres e hijos; no imponerles obligación alguna en materia religiosa; respetar sus iglesias; y protegerlos contra el ataque interior o exterior.
Por su parte, los mozárabes se comprometían a: no ocultar esclavos fugitivos ni a enemigos; revelar a los musulmanes la situación de sus adversarios; y pagar los impuestos especiales, que eran la gizya, impuesto anual de capitación, que ascendía a 48 monedas de plata para el rico, 24 para el hombre medio, y 12 para el humilde; y el harag, impuesto territorial que no tenía tarifa fija y variaba con el carácter de las tierras.
Características de la sociedad mozárabe
El jefe de la comunidad cristiana era llamado conde o comes, y estaba investido de funciones recaudatorias y judiciales. Un secretario o katib al-dhimma, que normalmente pertenecía a una honorable familia cristiana, solía representar los intereses de la comunidad en la corte cordobesa.
Sus leyes estaban basadas en las visigóticas, rigiéndose por el Liber Iudiciorum, pero los jueces mozárabes sólo ejercitaban su jurisdicción cuando ambas partes litigantes eran cristianas. Los juicios que implicaban a un mozárabe y a un musulmán requerían un juez especial que conociese las leyes islámicas y el derecho común; este juez era el cadí (juez) o el sahib al-surta (jefe de policía).
Conservaron su organización eclesiástica, manteniendo las sedes metropolitanas de Toledo, Mérida y Sevilla y los obispados dependientes de cada una, aunque el califa se reservaba el derecho de aprobar los nombramientos de obispos y metropolitanos.
Los matrimonios entre mozárabes y musulmanes eran comunes, continuando cada cónyuge la práctica de su propia religión, es decir, los miembros de una misma familia tenían diferentes creencias religiosas.
Los mozárabes ocuparon puestos importantes en las cortes de los gobernantes islámicos, desempeñando un papel destacado en la vida social, económica, política e intelectual de Al-Ándalus. Eran los mejores intermediarios entre los musulmanes y los cristianos del Norte, contribuyendo así a la transmisión de ideas, tanto a nivel científico como cultural. Muchos de estos cristianos del Sur se alistaron como mercenarios en los ejércitos musulmanes y lucharon contra sus correligionarios norteños.
Para concluir, se podría decir que los mozárabes tenían una mayor calidad de vida que la que presentaban libertos, colonos y siervos cristianos del Norte, por dos razones:
En primer lugar, tanto unos como otros tenían que pagar tributos o impuestos; pero mientras los mozárabes conservaban su independencia, los libertos y colonos dependían de su señor, teniendo además que trabajarle las tierras.
Y en segundo lugar, mientras que los mozárabes llegaron a ocupar puestos importantes en la vida sociopolítica y económica de Al-Ándalus, los libertos y colonos del Norte sólo podían dedicarse a la agricultura, sin perspectivas de progreso económico.
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